Ubicado en la calle 44 entre carreras 29 y 29ª y rompiendo así el esquema cuadriculado de urbanismo; a unos pasos de la carrera 33 y a otros pocos de la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús,  este abanico de palmeras con más de 40 años de historia, recibe la instalación de prado japonés. Entre los habitantes del sector es común escuchar “este parque no tiene nada que envidiarle a un parque europeo” Además de estar rodeado de bares, restaurantes, bancos y de centros empresariales, este terreno alberga en sus raíces una variada especie de palmas, a quienes se les debe el honor del nombre del parque. Ahora este espacio verde alberga familias que disfrutan de este magnífico color.